A solo doce días del Golpe de Estado en Chile, el 23 de septiembre de 1973, los medios de comunicación anunciaron el fallecimiento del poeta y Premio Nobel de Literatura Pablo Neruda.

Según informes oficiales de la época, su muerte se produjo tras complicaciones del cáncer de próstata que padecía, aunque dicha hipótesis no se ha podido comprobar luego de que otras versiones –entre ellas las de su viuda y chófer – señalaran un presunto asesinato mediante la utilización de un arma biológica en su contra.

Pese al terror implantado por la llegada del régimen al poder, a su funeral asistieron cientos de personas: personalidades de la cultura, compañeros y compañeras de militancia del Partido Comunista y seguidores de su obra se congregaron para despedir al escritor.

Durante el cortejo, y debido a la efusividad de quienes asistieron, este hecho ha sido catalogado como una de las primeras manifestaciones públicas contra la dictadura, a solo días de instaurada la dictadura. Durante el trayecto de su féretro hacia el Cementerio General, la gente repletó las calles aledañas gritando abiertamente consignas políticas a favor del poeta, incluso en presencia de los militares que siguieron de cerca la sepultura.