Una mujer de aspecto frágil, pero con un alma inmensamente poderosa
Psiquiatra y médico cirujana de profesión, Laura Moya Díaz (1927-2013) gracias a su arduo y valiente trabajo en distintas organizaciones, se consagró como una de las mujeres defensoras de los Derechos Humanos en Chile antes, durante y post Dictadura de 1973.
Laura Moya Díaz fue una fiel activista en la lucha social durante el Gobierno de Salvador Allende, motivo por el cual, una vez realizado el Golpe dictatorial en el país, fue exonerada de sus funciones médicas en el servicio público. Desde ese momento, la cooperación y participación en organizaciones sociales antidictatoriales se volvió un qué hacer totalitario para esta gran mujer, quien estuvo trabajando codo a codo con su compañero de lucha y marido, el Dr. Andrés Bahamondes, también de profesión Psiquiatra.
Comenzó la atención a perseguidos políticos en conjunto del Comité Pro-Paz de las iglesias cristianas y la Vicaría de la solidaridad y fue una de las fundadoras de la Corporación de Promoción y Defensa de los Derechos del Pueblo (CODEPU). También participó en la fundación del departamento de DDHH del Colegio Médico.
Laura realizaba también capacitaciones de salud a les pobladores, organizó atenciones de salud en tomas de terrenos, acompañó a las personas durante las protestas en contra de Pinochet y su permanencia en el poder, para asistirlas en caso de resultar heridas. Su inagotable trabajo le significó estar a la vista de los altos mandos de la Dictadura, por lo que fue detenida, tras persecuciones y amenazas, en 1982. Posteriormente fue liberada gracias al accionar del grupo de médicos AMEPEX (médicos del extrasistema, exonerados), quienes exigieron su libertad.
Ninguna de las amenazas y acciones carcelarias sirvieron para amenazar realmente el compromiso de esta mujer, pues a ella le movían grandes sentimientos de amor y justicia. Su sobrina, Lumi Videla Moya, había sido asesinada por agentes de la DINA en 1974, en el centro de secuestro, tortura y exterminio José Domingo Cañas.
Recinto sobre el cual, Laura Moya Díaz, trabajó arduamente luego de terminada la dictadura de Pinochet, en pos de la recuperación del terreno ubicado en la calle José Domingo Cañas 1367, en la comuna de Ñuñoa, Región Metropolitana. Una tarea no fácil que Laura en conjunto de familiares de Detenidos Desaparecidos del recinto, lograron consagrarlo como centro de la Memoria histórica y construir ahí la Casa de la Memoria.
Su incansable amor por las personas y el respeto de los Derechos Humanos, la movió hasta el último de sus días, los cuales pasó escribiendo un libro en memoria de la vida y muerte de su amada sobrina, ejecutada política de la Dictadura. Su compromiso con la recuperación de la memoria era tal, que también fue coautora de otros dos libros más: Los que fuimos médicos del pueblo y Ellos se quedaron con nosotros, en honor y rescate de la memoria de los 21 médicos asesinados en el periodo.
Laura, la incansable y consecuente mujer luchadora en tiempos de represión, era vista frecuentemente en la entrada de la Casa de la Memoria prendiendo velas en memoria de los Detenidos Desaparecidos, incluso a sus 86 años.
Falleció el día 25 de octubre de 2013. No alcanzó a presenciar el lanzamiento del libro en honor a su sobrina, pero sin duda alguna, Laura Moya Díaz nos dejó un legado innegable e inagotable.