Asesinato de los hermanos Vergara Toledo
29 de marzo de 1985
La tarde del 29 de marzo de 1985, cerca de la esquinas de calle Las Rejas con 5 de abril, un grupo de Carabineros dio muerte a los hermanos Rafael y Eduardo Vergara Toledo, de 18 y 20 años respectivamente y militantes del MIR. Los uniformados intentaron hacer pasar el hecho como un enfrentamiento, asegurando que los jóvenes tenían la intención de asaltar un almacén en las inmediaciones.
Sin embargo, la investigación judicial posterior estableció que los hermanos fueron seguidos por agentes policiales, quienes los conocían previamente. Rafael y Eduardo huyeron por diversas calles y fueron acribillados con armas de alto calibre. Eduardo falleció primero, por impactos de bala en la espalda y costado izquierdo, mientras que Rafael resultó herido y fue momentos más tarde rematado a corta distancia. Ambos cuerpos fueron abandonados en la vía pública. La patrulla policial estaba compuesta por los carabineros Francisco Toledo Puente, Jorge Marín Jiménez, Mauricio Muñoz Cifuentes y el subteniente Alex Ambler Hinojosa.
Después de más de 20 años, la Corte de Apelaciones de Santiago condenó a Jorge Marín a 15 años de presidio, y a Francisco Toledo y Alex Ambler a 10 años, mientras que absolvió al carabinero Mauricio Muñoz. En 2010, la Corte Suprema rebajó las penas a diez y 7 años, respectivamente, en tanto ratificó la absolución de Muñoz.
El asesinato de Rafael y Eduardo fue la culminación de una serie de actos de amedrentamiento en contra de la familia Vergara Toledo, quienes fueron objeto de seguimientos, vigilancia y allanamientos en el hogar familiar. Esto, por el conocido activismo y compromiso político de la familia, que además tenía una activa participación en las comunidades cristianas de Villa Francia.
El asesinato de los hermanos Vergara Toledo, junto al de la estudiante y también militante del MIR Paulina Aguirre Tobar, ocurrida el mismo día en manos de la CNI, dio origen a la conmemoración del Día del Joven Combatiente.
Los invitamos a ver el fragmento de una entrevista a los padres de Rafael y Eduardo, Luisa Toledo y Manuel Vergara, y a su hermana Ana, realizada por el periodista Augusto Góngora para Teleanálisis, sólo algunas semanas después del asesinato.