Los Estados no solo tienen el deber de respetar, proteger y garantizar los derechos humanos, sino también de crear todos los mecanismos o garantías necesarias para hacerlos exigibles y tomar medidas eficaces para prevenir, investigar y sancionar las violaciones de estos derechos.
El Derecho a la Verdad en relación con Violaciones de los DDHH y la Dignidad de las Víctimas tiene que ver con esto. Este derecho entraña tener un conocimiento pleno y completo de los actos que se produjeron, las personas que participaron en ellos y las circunstancias específicas, en particular de las violaciones perpetradas y su motivación.
Este derecho está resguardado, además, en los Principios para la Protección y la Promoción de los DD.HH mediante la lucha contra la Impunidad de la Unesco, que establecen que los Estados tienen el deber de adoptar medidas eficaces para luchar contra la impunidad, asumiendo el deber de recordar y garantizando el conocimiento de la verdad y el derecho a la memoria de todas las personas.
En Chile se establecieron tres Comisiones encargadas de establecer un cuadro lo más completo posible sobre los graves hechos de violaciones a DD.HH ocurridas durante la dictadura: la Comisión Nacional de Verdad y Reconciliación, la Comisión Nacional de Reparación y Reconciliación y la Comisión Nacional sobre Prisión Política y Tortura. Sin embargo, los familiares de las víctimas continúan exigiendo verdad y justicia.
Respecto a las violaciones a los DDHH cometidas a partir del estallido social del 18 de octubre, cientos de familias también exigen enérgicamente la búsqueda de verdad y se haga justicia por los hechos cometidos.
El Día del Derecho a la Verdad en relación con Violaciones de los Derechos Humanos y la Dignidad de las Víctimas fue establecido por Naciones Unidas en 2010, en homenaje a la memoria de Monseñor Óscar Arnulfo Romero, quien dedicó su vida a la defensa de los derechos humanos y la promoción de la dignidad humana, y que fue asesinado en El Salvador un día como hoy en 1980.